Naves en el 'skyline' de Vitoria | El Correo

2022-07-23 05:14:15 By : Ms. Bella Zou

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Gigantes de acero, cristal y fibra de carbono brotan entre verdes praderas con paneles fotovoltaicos, cables y torres de alta tensión. Moles de aspecto robótico con brazos de hormigón y revestimiento de metal se elevan entre naves, cubos, y cilindros con piel de cemento y chapa. Estamos en el 'anillo' productivo de Vitoria, metrópolis con un marcado ADN industrial que se manifiesta, entre pabellones y rótulos de neón, a lo largo de los 15.000.000 de metros cuadrados que ocupan los ochos parques empresariales de la ciudad.

Un paisaje donde, a menudo en fusión con extensos espacios 'green', se yerguen construcciones que constituyen ejemplos característicos del patrimonio industrial local. Sus artífices repasan en EL CORREO los detalles de unos proyectos convertidos en muchos casos en referencia visual. Sin duda los pabellones y naves más singulares se localizan en el Parque tecnológico de Álava, particular 'Silicon Valley' vitoriano. El bloque que más miradas capta lleva el nombre de Marie Curie E9, el 'monstruo' de 13.700 metros cuadrados con túnel de viento que fue sede del fiasco de Epsilon Euskadi.

Edificios de Mercedes-Benz (Júndiz), Fojansa (Gamarra) y Aratubo (Júndiz).

Laboratorios Biokilab, CIC Energigune y edificio E9 Marie Curie, todos en el Parque Tecnológico de Álava.

Obra del arquitecto Javier Pérez de Uribarri (estudio ACXT), el edificio se diseña «compacto, como un único volumen, y muy horizontal», con formas y accesos enfocados a la actividad que iba a acoger (desarrollo de coches de competición). Hormigón prefabricado revestido con cerámica y tubos de acero empleados como disipadores de la radiación solar, junto a paredes y techo de porches de policarbonato celular, conforman la particular paleta de materiales de esta futurista edificación. Sus instalaciones interiores, obsoletas tras una década de inactividad, han captado el interés de la Universidad del País Vasco, que propone utilizar el túnel y el edificio para complementar y potenciar su oferta académica además de ofrecerlo también a empresas para pruebas o ensayos.

El recorrido por el parque de Miñano tiene otra parada imprescindible en el anguloso y acristalado edificio Jocelyn Bell E8, dedicado a oficinas y que lleva la firma del estudio Coll Barreu. En palabras de sus autores, «la actuación constituye una referencia visual, espacial y de calidad», y es «seña de identidad». Una instalación «singular por su capacidad de catalizar el crecimiento edilicio, generar carácter y aglutinar la ilusión de usuarios e inversores». Los dos bloques que componen la construcción «son eficientes contenedores de espacios de trabajo cuyos volúmenes se han modelado en respuesta al paisaje y al bulevar y cuya piel quebrada reflejará y multiplicará la actividad cotidiana del parque y la bella silueta de su marco geográfico».

En cuanto a los materiales del E8, «la doble piel de los edificios proporciona en invierno un colchón térmico que disminuye las pérdidas de calor, y en verano un tiro natural por diferencia de presiones que enfría la fachada exterior y disminuye la demanda de aire acondicionado». Tanto por dentro como por fuera, la innovación y la eficiencia sobresalen en la arquitectura de Miñano, y no por casualidad. Las edificaciones de este parque empresarial se caracterizan por «un elevado porcentaje de zonas verdes y de esparcimiento con un mantenimiento y estética muy cuidados, y la estética vanguardista, singular y futurista de sus edificios», explican desde el Parque Tecnológico.

Sin salir de él, una gran 'batería' de 4.500 metros cuadrados despunta entre el resto de naves. No en vano se trata del centro de investigación en materiales y sistemas para el almacenamiento de energía térmica y electroquímica, CIC Energigune. Poseedor de la más alta certificación energética, IDOM firmó este proyecto que quedó finalista en el certamen COAVN de Arquitectura. «Se configura como un conjunto de dos bloques modulares conectados entre sí a través de un eje funcional y de comunicaciones que actúa como agente vertebrador de la actividad del centro».

Edificio E8, en Miñano.

Los edificios más característicos de Miñano, además de tener una función empresarial, se convierten muchas veces en escenario de rodajes o grabaciones de 'spots' publicitarios. Bloques como el E8 y el E9 «son los que más nos demandan», apuntan desde el Parque Tecnológico. Sin duda, llaman la atención. Desde otra perspectiva, son arquitectónicamente «muy ruidosos, con una utilización de recursos y materiales que igual es innecesaria. Lo de Miñano es súper particular», reflexiona Ekain Jiménez, de la delegación alavesa del Colegio de Arqutectos Vasco Navarro. Una nave industrial «debe tender a que su arquitectura acoja con la mayor eficacia posible la actividad que va a desarrollar».

En Miñano existen más diseños punteros como la sede de los laboratorios Biokilab del arquitecto Javier Pérez Herreras (Taller Básico de Arquitectura). Un proyecto que fue expuesto en el RIBA de Londres y premiado en los AJ Small Projects, promovido por The Architect's Journal, en la XIII Trienal Premios COAVN y en la 6th Biennial of Architecture Barbara Cappochin celebrada en Italia, destacan desde el estudio. Esta edificación, describen desde el estudio, se ubica «sobre la inclinación de la ladera, donde se elevan dos cajas de aire. Subidas a hombros de una estructura hecha arquitectura, marcan un nuevo plano. Un nuevo lugar signado por el tiempo de la novedad de este centro de investigación».

Más cerca del núcleo urbano, los 55 metros de hormigón y chapa blanca y verde de la torre de pruebas de Orona-Electra Vitoria (GLM Proyectos, 2002) sobresalen en el 'skyline' de Júndiz. Por su parte, en la misma área industrial de Vitoria se enclava, con 15.000 metros cuadrados, otro de los 'señores' del polígono como es el acristalado bloque de oficinas de Mercedes-Benz, del arquitecto Mikel Garbizu. «Un edificio sobrio, de líneas sencillas, buscando un aspecto institucional, construido con estructura de hormigón y fachada que combina muro cortina acristalado en tono verde y piedra», recoge su ficha.

'señores' del polígono

Ángulos duros y rectángulos serios dan paso a otras propuestas más evocadoras como la redondeada nave, en el mejor sentido de la palabra, de la sede de Fojansa, en Gamarra. «Una gruesa piel de tubos de polietileno negro trenzados entre sí, como si de un cesto de mimbre se tratara, dota al cuerpo de oficinas de un carácter objetual y abstracto en claro contraste con la vieja nave», detalla el estudio del autor, Juan Beldarrain. «Su forma redondeada evoca, quizás, formas orgánicas, más que arquitectónicas, singularizando la propuesta y con ello destacando en el paisaje del polígono industrial. La piel de mangueras trenzadas forma una tupida celosía que pierde densidad a la altura de los ojos para acentuar el contacto visual con el exterior de los espacios de oficinas».

También Júndiz cuenta con otros ejemplos muy visuales como una de las tres naves con las que la empresa de tubos de acero soldados de precisión Aratubo cuenta en este parque. Para el revestimiento exterior de este pabellón se llevó a cabo por medio de «la rotulación de más de 1.100 metros cuadrados de fachada con planchas onduladas de acero envolventes de 8 metros de longitud y tornillos personalizados para minimizar su impacto visual». «La imagen de la fachada principal es una fotografía de los tubos que se producen en Aratubo y se completa con el logotipo luminoso en grandes dimensiones. Un diseño moderno que refuerza la imagen corporativa, transformando la fábrica tradicional en un espacio atractivo y actual», detallan desde la compañía.